Narcisos, barras y estrellas.

Narciso es hijo del dios del Cefiso y de la ninfa Liríope. Al nacer, sus padres consultaron al adivino Tiresias, el cual les respondió que el niño  «viviría hasta viejo si no se contemplaba a sí mismo».

Llegado a la edad viril, Narciso fue objeto de la pasión de numerosísimas doncellas y ninfas, pero siempre permanecía insensible. Finalmente, la ninfa Eco se enamoró de él, pero no consiguió más que las otras. Desesperada, se retiró a un lugar solitario, donde adelgazó tanto, que de toda su persona sólo quedó una voz lastimera.

Las doncellas despreciadas por Narciso piden venganza al cielo. Némesis las escucha y hace que, en un día muy caluroso, después de una cacería, Narciso se incline sobre una fuente para calmar la sed. Ve allí la imagen de su rostro, tan bello, que se enamora de él en el acto, e insensible ya al resto del mundo, se deja morir, inclinado sobre su imagen.

Aun en el Éstige trata de contemplar los amados rasgos. En el lugar de su muerte, brotó una flor, a la que se dio su nombre: el narciso.

Todo el mundo habrá oído hablar del Narcisismo o habrá dicho a alguien alguna vez que es muy narcisista o estará familiarizado con este término asociado a la vanidad.

Pero no es lo mismo hablar de esto en estos términos que hablar del trastorno de narcisista de personalidad. (TNP)

Para hablar de un trastorno de la personalidad se deben cumplir los siguientes aspectos:

A. Un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Este patrón se manifiesta en dos (o más) de las áreas siguientes:

  1. Cognición (p. ej., formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a los demás y a los acontecimientos)
  2. Afectividad (p. ej., la gama, intensidad, labilidad y adecuación de la respuesta emocional)
  3. Actividad interpersonal.
  4. Control de los impulsos.

 

B. Este patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales.

C. Este patrón persistente provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

D. El patrón es estable y de larga duración, y su inicio se remonta al menos a la adolescencia o al principio de la edad adulta.

E. El patrón persistente no es atribuible a una manifestación o a una consecuencia de otro trastorno mental.

F. El patrón persistente no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a una enfermedad médica (p. ej., traumatismo craneal).

En el caso del Trastorno Narcisista de Personalidad, estaríamos hablando de un patrón general de grandiosidad (en la imaginación o en el comportamiento), una necesidad de admiración y una falta de empatía, que empiezan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems según los criterios del  Manual diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales de La asociación estadounidense de psiquiatría (el DSM-V de la APA):

  • Tiene un grandioso sentido de autoimportancia (p. ej., exagera los logros y capacidades, espera ser reconocido como superior, sin unos logros proporcionados).
  • Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios.
  • Cree que es «especial» y único y que sólo puede ser comprendido por, o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) que son especiales o de alto status.
  • Exige una admiración excesiva.
  • Es muy pretencioso, por ejemplo, expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas.
  • Es interpersonalmente explotador, por ejemplo, saca provecho de los demás para alcanzar sus propias metas.
  • Carece de empatía: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
  • Frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él.
  • Presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbias.

¿Os hacéis a la idea de alguien así, como puede llegar a ser?

¿Os imagináis que llegara a conseguir el mayor poder que puede alcanzar una persona sobre la Tierra? ¿Os imagináis que tuviera la llave para los intereses de la mayoría de pueblos del planeta?

No imaginéis más, ya está aquí, el “señor” Donald John Trump.

trump-gana

Hace poco leí a Howard Gardner, psicólogo de la Universidad de Harvard, habla sobre Trump diciendo de él que es “notablemente narcisista”. Otro psicólogo, George Simon, dice que Trump es tan representativo que guarda vídeos suyos para explicar en sus clases qué es el narcisismo.

Un trastorno de personalidad, como decía con anterioridad, es un patrón de comportamiento anormal que la persona no cambia, incluso a pesar de sus consecuencias emocionales y personales.

Muchos narcisistas se muestran encantadores y carismáticos en un primer contacto y pueden conseguir grandes niveles de popularidad en el corto plazo. Sin embargo, con el tiempo la gente se cansa de ellos por su egocentrismo.

Las personas con TPN son muy convincentes porque van a decir o hacer lo que sea necesario para ganar y obtener poder. No se preocupan en absoluto por los demás, por lo que no se sienten mal por engañar. Para ellos no se trata de un buen liderazgo, sino más bien de auto-mejora. Los principios éticos no son importantes para ellos, como descubrieron algunos países europeos durante la Segunda Guerra Mundial, y pueda descubrir ahora de nuevo EE.UU.

No es tan difícil saber si un líder es sabio y ético. El mejor predictor del comportamiento futuro es el comportamiento pasado. En el caso de los Estados Unidos, un individuo que ha quebrado a cuatro empresas y empobrecido a muchos inversores, no es ni sabio ni ético.

Unido a este TNP, el perfil del presidente tiene una combinación extraña de muy alta extroversión con una muy baja agradabilidad. Trump es socialmente dominante, incapaz de quedarse quieto y una persona que realmente disfruta con la competición que le proporciona el trabajo.

Todos los rasgos dibujan a una persona agresiva y competitiva siempre dispuesta a ganar y a luchar. Cueste lo que cueste. Sea por lo que sea.

Imaginaros lo que tienen que odiar a Hillary Clinton y también qué  tipo de perfil tiene y  qué  política estaba haciendo, pero bueno eso ya es otra historia…

Con la sarta de barbaridades que ha prometido  el amigo del implantado tupé pajizo teñido (que resultan imposibles) esperemos que, haciendo uso de dos películas estadounidenses, entre Todos los hombres del presidente nos encontremos con Algunos hombres buenos

Que las doncellas y ninfas (y otras tantas masas de población) despreciadas y maltratadas por este Narciso del siglo XXI,  le lleven hasta la fuente que calme su insaciable sed y proyecte su imagen al  más oscuro ostracismo político y social.

Que cuando Dios bendiga a América, nos pille al resto confesados…

Mucho ánimo y un beso en este triste día, en especial para mis amigos de la Tierra de las oportunidade$ y para mis amigos del fronterizo Pueblo mexicano.

Mariano de Vena Salvador | Psicólogo Col. Nº M-23785

Centro Psicológico Loreto Charques